Regalos de enero

Una vez pasadas las fiestas, enero nos trae nuevos comienzos y la oportunidad de empezar de nuevo. Para los que vivimos en el hemisferio norte, el nuevo año también puede llevarnos a la profundidad del invierno: días frescos y fríos seguidos de largas y tranquilas noches de descanso. Enero puede invitarnos a unirnos a los ritmos estacionales de la paz y llevarlos a nuestras aulas.

Cuando los niños vuelven a clase después de las vacaciones de invierno, a menudo parecen aliviados al encontrar consuelo en las rutinas predecibles que llegaron a conocer y en las que confiaban durante los primeros meses del curso escolar. Los profesores observan que los niños se sienten más atraídos por el rigor del trabajo académico y disfrutan con lecciones más largas y complicadas. Mediante el trabajo concentrado de su propia elección, los niños crecen en disciplina y paz interior. En su libro La mente absorbente, Montessori calificó este proceso de normalización como "el resultado más importante de todo nuestro trabajo". Este compromiso con actividades significativas proporciona una sensación de paz interior que sienta las bases para el desarrollo de un sentido positivo de sí mismo y la conexión con el entorno y la comunidad del aula. Montessori sostenía que este lugar de trabajo feliz se presta a la construcción de lo que ahora llamamos habilidades de la función ejecutiva, como el autocontrol, que apoya las habilidades sociales positivas, una base clave para la felicidad y el éxito a lo largo de toda la vida.

Actividades en el aula

Es posible que este mes los profesores se encuentren arreglando la estantería de la paz y sacando libros apropiados para cada edad sobre líderes de la paz como Martin Luther King, Jr. y Gandhi. Muchas escuelas relacionan el famoso discurso de Martin Luther King "Tengo un sueño" con proyectos que permiten a los niños fijar objetivos como preparación para las vacaciones de enero.

Por ejemplo, tengo un sueño que:

Los niños rellenan los espacios en blanco (que pueden estar en papel cortado en forma de nubes y colgado en una gran pantalla o recogidos en móviles de formas de nubes colgantes) con sus sueños, tales como, nos tratamos unos a otros con justicia, damos a nuestras mascotas mucho amor, hacemos la paz juntos, etc. Otra opción es cortar grandes copos de nieve con tus hijos y escribir vuestros sueños directamente sobre ellos o en trozos de papel que se pegan en el centro de cada copo. Todas estas cosas aparentemente pequeñas suman y ayudan a crear y proteger una cultura de clase centrada en los valores compartidos de la tolerancia, la compasión y el respeto.

Libros que merece la pena compartir


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