Cómo y por qué enseñar a su hijo cortesía y respeto

A menos que vivas bajo una roca, sin duda te habrás dado cuenta de la tendencia actual de nuestra cultura hacia un comportamiento descortés e irrespetuoso. Ya sea por las noticias (o por las noticias falsas, como se suele decir) o por una fuente más inmediata -como el conductor que te ha cortado el paso esta mañana blandiendo el dedo corazón-, nuestra vida cotidiana (y la de nuestros hijos) está llena de ejemplos de conductas groseras, burdas y carentes de toda gracia. De los aviones a los campus universitarios, de las protestas a los tweets... ¡la grosería ha proliferado! Empiezo a pensar que cualquiera que viva bajo una roca podría tener la idea correcta. Pero, ¿qué podemos hacer para cambiar las cosas? Como siempre, la mayor esperanza reside en nuestros hijos.

"El niño es a la vez una esperanza y una promesa para la humanidad". ~ Maria Montessori

Los niños no vienen al mundo predispuestos a comportarse mal. De hecho, creo que es todo lo contrario. Los niños nacen con una inclinación natural hacia la compasión, la empatía y la bondad, pero hay que sembrar y alimentar estas semillas para que arraiguen.

"El conocimiento puede impartirse mejor donde hay ansia de aprender, por lo que éste es el período en que puede sembrarse la semilla de todo, siendo la mente del niño como un campo fértil, listo para recibir lo que germinará en cultura. Pero si se descuida durante este período, o se frustran sus necesidades vitales, la mente del niño se embota artificialmente, para resistir en adelante el conocimiento impartido. El interés dejará de existir si la semilla se siembra demasiado tarde, pero a los seis años todos los elementos de la cultura se reciben con entusiasmo, y más tarde estas semillas se expandirán y crecerán." ~ María Montessori


Los beneficios de enseñar a tu hijo cortesía y respeto van tanto hacia fuera como hacia dentro. La cortesía es más que un conjunto de comportamientos educados; es una lente a través de la cual su hijo aprenderá a ver el mundo. A través de esta lente, tu hijo aprenderá también a respetarse a sí mismo y desarrollará así una mayor autoestima y unas relaciones más felices y sanas con los demás.

Tu hijo también nació con una asombrosa capacidad para absorber información. Para bien o para mal, absorbe todo lo que ve, siente y oye. Por eso, enseñar a tu hijo a comportarse bien depende de lo que tú, padre o tutor, le enseñes con tu propio comportamiento. Teniendo esto en cuenta, aquí tienes algunos consejos para enseñar a tu hijo cortesía y respeto:

1. Usted primero

Usted es el primer y principal maestro de su hijo. Dé un ejemplo positivo (en la medida de lo humanamente posible), empezando por el respeto a los demás y a sí mismo, la cortesía, la amabilidad y el perdón. Además, perdónate a ti mismo por cualquier desliz... ¡eh, nadie es perfecto! Discúlpate y vuelve a la normalidad. Tu hijo también lo aprenderá.



2. Aumentar la tolerancia

Hay muchos tipos diferentes de personas, con distintos orígenes, creencias y capacidades. Es probable que tu hijo se dé cuenta y sienta curiosidad. Responda a sus preguntas con un tono de aceptación. Demuéstrele que las diferencias le parecen bien. Deje claro, con su actitud, que no todos tenemos que marchar al mismo ritmo para ser aceptados, respetados y comprendidos.

3. Leer las señales

Ayude a su hijo a aprender a leer los signos emocionales de las personas. Relacione la expresión facial y el lenguaje corporal con las emociones correspondientes. Anima a tu hijo a prestar atención a cómo pueden estar sintiéndose los demás y luego enséñale, con tu ejemplo, cómo reaccionar con empatía y compasión.

4. Cuida tus modales


Es increíble hasta qué punto un simple "por favor" o "gracias" contribuye a que nuestras transacciones cotidianas sean mucho más civilizadas. Enséñale a tu hijo a decir "por favor" y "gracias" a la antigua usanza, y verás cómo reacciona encantado. Y lo mismo te digo a ti. Con muy poco esfuerzo, sólo unas pocas palabras clave esparcidas por aquí y por allá, conseguirás que todo tu entorno mejore considerablemente en lo que a cortesía se refiere.

5. Echar una mano

Haga que su hijo (y usted mismo, obviamente) participe en algún tipo de servicio comunitario. Ofrézcase como voluntario en un refugio de animales o en una organización benéfica. O participe en la recaudación de fondos para la comunidad. Enséñele a su hijo que no siempre "todo gira en torno a usted". Si todos los miembros de tu comunidad pusieran un poco más de "dar" en su vida diaria, imagínate en qué mundo tan cortés viviríamos. Un futuro mejor empieza ahora, y empieza con nuestros hijos.

"Dirigir nuestra acción hacia la humanidad significa, ante todo, hacerlo con respecto al niño. El niño, ese 'ciudadano olvidado', debe ser apreciado de acuerdo con su verdadero valor. Sus derechos como ser humano que da forma a toda la humanidad deben convertirse en sagrados, y las leyes secretas de su desarrollo psíquico normal deben iluminar el camino de la civilización." (Educación y Paz)

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