De sonidos y palabras - El triunfo de una madre en la lectura infantil

Al vivir en el campo siempre he dado prioridad al aire fresco y al ejercicio para mis hijos. Me encanta verlos jugar en la naturaleza, explorando los cañones y arroyos cercanos a nuestra desértica casa. Aunque se me pasó por la cabeza la idea del preescolar, creía que era mucho más importante que estuvieran fuera explorando en sus primeros años. Después de los dos últimos años, me doy cuenta de que debería haber hecho ambas cosas.

Cuando mi hijo mayor (que ahora tiene seis años) empezó la guardería, iba muy retrasado con respecto al resto de su clase. Rápidamente se puso al día y disfrutó de un buen año escolar con sus nuevos amigos.

Los problemas empezaron este año con el primer curso. Una vez más, empezó el curso con retraso, pero esta vez se debía a que no reconocía las palabras visuales del curso anterior. Semana tras semana suspendía los exámenes, lo que, por supuesto, le ponía de mal humor y yo luchaba por sacarle de la cama y subirle al autobús.

Su profesor le recomendó lectura de refuerzo. Una hora al día le sacaban de la clase normal para que viera montones de tarjetas con palabras a la vista. Se sentaba en una silla mientras le pasaban las tarjetas una y otra vez. Pude observarlo y vi que se aburría (y yo también). No sé cómo lo hizo. Cuando salí de la sesión me entraron ganas de llorar. Sabía que no era un alumno lento. Mi instinto me decía que el método que estaban utilizando era erróneo. No me extraña que perdiera el interés por la escuela.

Gracias a la recomendación de un amigo de Bozeman, encontré Age of Montessori y el Camino Real a la Lectura. Compré la Parte 2: Sonidos y letras. Lo primero que mi hijo cogió de los materiales fueron las tarjetas de letras de pie. Rápidamente descubrí que no conocía los sonidos de las letras. Mi prioridad fue ayudarle a ponerse al día. Esperaba que se resistiera, pero con mi apoyo aprendió de buen grado. Hacíamos minisesiones mientras yo preparaba la cena o nos sentábamos en el suelo y trabajábamos antes de acostarnos, unos treinta minutos por sesión. En una semana ya sabía los sonidos de las letras.

AoM POINT SLIDE 3_18images_FINAL96res1Navegó por el tarjetas de puntos y diapositivas ...¡y se puso en marcha! Empezó a pronunciar las tarjetas de palabras. Se acabaron las temidas llamadas de la profesora. Me alegró mucho oír a la profesora decir que estaba mejorando tanto. Conocí el verdadero origen de su mejora. Si no hubiera encontrado este programa, mi hijo seguiría sentado en esa silla dura memorizando las palabras a primera vista sin pensar.

Además, mi hija de cuatro años, que quiere hacerlo todo con su hermano, está aprendiendo al mismo tiempo. Se está tragando el programa.

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Me asusta darme cuenta de lo cerca que estuvo de perder por completo su amor por el aprendizaje. Estoy tan contenta de haber encontrado El camino real a la lectura.

Si su hijo tiene dificultades en la escuela, no confíe en que la escuela esté siempre a su lado. Usted puede marcar la diferencia "asociándose" con la escuela. Les ahorrará muchos disgustos a usted y a su hijo. Les dará una gran ventaja en el maravilloso mundo de la lectura.

Por: Jenny M

Ama de casa

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