5 cosas que los profesores Montessori hacen de forma diferente

La maestra, cuando empieza a trabajar en nuestras escuelas, debe tener una especie de fe en que el niño se revelará a través del trabajo. ~ Dra. Maria Montessori, La mente absorbente


Ten fe


Los profesores Montessori entienden que con una observación atenta y un entorno cuidadosamente preparado, los adultos pueden permanecer "al tanto" sin tener que estar al frente.

Una de las mayores diferencias entre los profesores Montessori y los tradicionales es la forma en que el profesor percibe al niño. Puede que hayas oído que los profesores Montessori "siguen al niño". Pero de lo que quizá no se dé cuenta es del nivel de fe (en el niño) que se necesita para refrenarse y permitir realmente que el niño tome la iniciativa. El instinto natural del adulto es asumir un papel de liderazgo con los niños. Queremos mantener a los niños a raya, como patitos que nos siguen. De ese modo, sabemos (o creemos saber) dónde está cada uno y qué está haciendo. Pero los profesores Montessori entienden que con una observación atenta y un entorno cuidadosamente preparado, los adultos pueden permanecer "al tanto" sin tener que estar al frente.

Reenfoque

Los profesores Montessori no son el centro de atención del aula. En su lugar, la atención se centra en que el niño tenga las actividades y oportunidades adecuadas para maximizar su propio aprendizaje. En un aula Montessori, se entiende y acepta que cada niño puede, y se calmará y concentrará cuando encuentre el "trabajo" adecuado. Como dijo Montessori, "...La maestra debe creer que este niño que tiene delante mostrará su verdadera naturaleza cuando encuentre un trabajo que le atraiga. Entonces, ¿en qué debe fijarse?


"Tal es el trabajo del inventor o del descubridor, los esfuerzos heroicos del explorador que un niño u otro empezará a concentrarse".


Orientar

Esto no quiere decir que el profesor Montessori no desempeñe un papel activo en la educación del niño. Al contrario, el papel del profesor como guía es clave. Pienso en el profesor Montessori como un sherpa, un guía cuyo apoyo vital permite a cada pequeño explorador alcanzar su propio cenit personal.

"Pero cuando... el trabajo es el resultado de un impulso interior, instintivo... asume un carácter totalmente distinto. Tal trabajo es fascinante, irresistible, y eleva al hombre por encima de desviaciones y conflictos interiores. Tal es el trabajo del inventor o del descubridor, los esfuerzos heroicos del explorador o las composiciones del artista, es decir, el trabajo de hombres dotados de un poder tan extraordinario que les permite redescubrir el instinto de su especie en los patrones de su propia individualidad. ~Dra. Maria Montessori, El secreto de la infancia.

Observe

El profesor Montessori prepara el entorno (es decir, el aula) basándose en observaciones cuidadosas y continuas de cada niño. De este modo, el aula ofrece oportunidades de aprendizaje adecuadas al desarrollo e interés del niño. Cuando los niños se dedican a la actividad que han elegido, el profesor puede dar un paso atrás y permitirles aprender a su propio ritmo. En este momento no es necesario que el profesor motive a los niños. Los niños se dejan llevar por su propia necesidad de descubrimiento.

"Y así descubrimos que la educación no es algo que haga el maestro, sino que es un proceso natural que se desarrolla espontáneamente en el ser humano. No se adquiere escuchando palabras, sino en virtud de experiencias en las que el niño actúa sobre su entorno. La tarea del maestro no es hablar, sino preparar y disponer una serie de motivos para la actividad cultural en un entorno especial hecho para el niño." ~ Dra. Maria Montessori, La mente absorbente


El primer paso es tan frágil, tan delicado, que un roce puede hacer que se desvanezca de nuevo, como una pompa de jabón, y con él se va toda la belleza de ese momento.

Estribillo

Los profesores Montessori imparten lecciones individuales o en pequeños grupos mientras se mueven por el aula, no una lección delante de toda la clase. Las lecciones son prácticas, directas y pretenden atraer al niño para que quiera seguir descubriendo por sí mismo. Una vez que el niño está involucrado, el profesor Montessori da un paso atrás y se abstiene de corregir, felicitar o interferir de cualquier otra forma.

"Cuando el niño empieza a mostrar interés por una de ellas, el profesor no debe interrumpirlo, porque ese interés se corresponde con las leyes naturales y abre todo un ciclo de nuevas actividades. Pero el primer paso es tan frágil, tan delicado, que un toque puede hacer que se desvanezca de nuevo, como una pompa de jabón, y con él se va toda la belleza de ese momento. El profesor, ahora, debe ser muy cuidadoso. No interferir significa no interferir de ninguna manera". ~Dra. Maria Montessori, La mente absorbente.

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